Pérdida auditiva relacionada con la edad (Age-related hearing loss) 

La pérdida auditiva relacionada con la edad, también conocida como presbiacusia, es una disminución progresiva gradual en la capacidad auditiva que ocurre con la edad y que afecta en la mayoría de los casos a ambos oídos.

Además de la disminución de la capacidad auditiva, los individuos afectados pueden padecer zumbido en los oídos o mareos y problemas con el equilibrio (presbstasis). Con el tiempo, este proceso afecta la capacidad de comunicarse, lo que puede contribuir al aislamiento social, la depresión y la pérdida de la autoestima.

Las causas de la pérdida auditiva relacionada con la edad son complejas, ya que se debe a una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida, muchos de los cuales no han sido identificados. Este proceso se asocia con mayor frecuencia con cambios en el oído interno, aunque también puede estar relacionada con vías nerviosas que llevan información de sonido en el cerebro o cambios en el tímpano o en los huesos pequeños en el oído medio. En la mayoría de los casos, se desconoce la causa exacta de estos cambios.

Ciertas variaciones en múltiples genes probablemente influyen en la pérdida auditiva relacionada con la edad, la edad a la que comienza y su gravedad. Algunos de estos genes son importantes para la estructura o función normal del oído interno. Las mutaciones en un subconjunto de estos genes también causan formas de pérdida auditiva no sindrómica que comienzan más temprano en la vida. Los factores genéticos relacionados con esta afección incluyen:

  • APOE (apolipoprotein E),
  • CDH23 (cadherin related 23), 10q22.1.
  • EDN1 (endothelin 1), 6p24.1.
  • ESRRG (estrogen related receptor gamma), 1q41.
  • GIPC3 (GIPC PDZ domain containing family member 3), 19p13.3.
  • GRHL2 (grainyhead like transcription factor 2), 8q22.3.
  • GRM7 (glutamate metabotropic receptor 7), 3p26.1.
  • GRM8 (glutamate metabotropic receptor 8), 7q31.33.
  • KCNQ4 (potassium voltage-gated channel subfamily Q member 4), 1p34.2.
  • MTHFR (methylenetetrahydrofolate reductase),
  • MYO6 (myosin VI), 6q14.1.
  • MYO7A (myosin VIIA), 11q13.5.
  • NAT2 (N-acetyltransferase 2), 8p22.
  • SLC26A4 (solute carrier family 26 member 4), 7q22.3.
  • UCP2 (uncoupling protein 2), 11q13.4.
  • ADN Mitocondrial (ADNmt). 

Entre los factores genéticos mejor estudiados relacionados con la pérdida auditiva relacionada con la edad, se encuentran los cambios en el ADNmt. A medida que las personas envejecen, el ADNmt acumula mutaciones perjudiciales, que incluyen supresiones y otros cambios. Este daño es debido a una acumulación de especies reactivas de oxígeno, que son subproductos de la producción de energía en las mitocondrias. El daño al ADNmt da lugar a un mal funcionamiento de las células. Las células que tienen grandes demandas de energía, como las del oído interno que son críticas para la audición, son particularmente sensibles a los efectos del daño del ADNmt. Este daño puede alterar irreversiblemente la función del oído interno, lo que lleva a la pérdida auditiva.

Además de los cambios genéticos, ciertos factores ambientales y de estilo de vida también contribuyen a la pérdida auditiva relacionada con la edad. Estos factores incluyen la exposición a largo plazo a ruidos fuertes, fumar y la exposición a metales pesados ​​como mercurio o plomo. Además, ciertos medicamentos pueden dañar las células del oído interno que son necesarias para la audición. Por razones que no se entienden completamente, algunas afecciones de salud que son frecuentes en las personas mayores, como las enfermedades del corazón y la diabetes, también influyen en la pérdida de audición relacionada con la edad. Los factores nutricionales (por ejemplo, la deficiencia de ciertas vitaminas o minerales) también pueden desempeñar un papel, aunque la relación exacta entre la dieta y la audición no está clara.

La pérdida de audición relacionada con la edad generalmente no tiene un patrón claro de herencia, aunque muchos individuos afectados tienen antecedentes familiares de la afección. Se cree que las personas que tienen familiares cercanos con pérdida auditiva grave relacionada con la edad, tienen un mayor riesgo de desarrollar una pérdida auditiva intensa a medida que envejecen.