Cordoma (chordoma) - Gen T

Un cordoma es un tipo de tumor canceroso poco frecuente que puede ocurrir en cualquier parte a lo largo de la columna vertebral, desde la base del cráneo hasta el cóccix. Los cordomas crecen lentamente, extendiéndose gradualmente en el hueso y los tejidos blandos alrededor de ellos. Con frecuencia, este tipo de tumor reaparece después del tratamiento, y en aproximadamente el 40 % de los casos el cáncer se disemina a otras áreas del organismo, como los pulmones.

Aproximadamente la mitad de todos los cordomas se produce en el sacro, alrededor de un tercio se produce en el occipucio, y el resto se producen en el cuello y la parte superior o baja de la espalda. A medida que el cordoma crece, éste ejerce presión sobre las áreas adyacentes del cerebro o la médula espinal, lo que lleva a los signos y síntomas de la enfermedad. Un cordoma en cualquier lugar a lo largo de la columna vertebral puede provocar dolor, debilidad, o entumecimiento en la espalda, los brazos o las piernas. Un cordoma en la base del cráneo (cordoma occipital) puede provocar diplopía y cefaleas. Un cordoma que se produce en el cóccix (cordoma coccígeo) puede dar lugar a una masa suficiente como para ser palpada a través de la piel y puede dar lugar a problemas con la función vesical o la intestinal. Los cordomas normalmente se producen en los adultos entre los 40 y 70 años de edad. Alrededor del 5 % de los cordomas se diagnostican en niños. Por razones que no están claras, los varones se ven afectados aproximadamente dos veces más que las mujeres.

Este proceso es debido a alteraciones genéticas en el gen de T (T brachyury transcription factor), situado en el brazo largo del cromosoma 6 (6q27), que codifica la síntesis de la proteína braquiuria. La braquiuria pertenece a una familia de proteínas denominadas proteínas T-box, que desempeñan un papel crítico durante el desarrollo embrionario. Las proteínas T-box regulan la actividad de otros genes uniéndose a regiones específicas de ADN, por lo que son consideradas factores de transcripción. La proteína braquiuria es importante para el desarrollo de la notocorda, el precursor de la columna vertebral en el embrión. La notocorda desaparece antes del nacimiento, pero en un pequeño porcentaje de individuos, algunas de sus células permanecen en la base del cráneo o en la columna vertebral. La notocorda ayuda a controlar el desarrollo del tubo neural que, en última instancia, se convierte en el cerebro y la médula espinal.

En los individuos afectados, el cordoma se desarrolla a partir de células residuales de la notocorda, que comienzan a crecer y dividirse sin control. Una duplicación heredada del gen T identificada en unas pocas familias, se asocia con un mayor riesgo de desarrollar un cordoma. Las duplicaciones o aumentos en la expresión del gen T también se han identificado en las personas con cordoma que no tienen antecedentes de la enfermedad en su familia. En estos individuos, los cambios sólo se producen en las células tumorales y no se heredan. Las duplicaciones y aumentos en la expresión del gen T dan lugar a la codificación en exceso de proteína braquiuria. Sin embargo, el mecanismo específico por el cual el exceso de proteína braquiuria contribuye al desarrollo de cordomas no está claro. En algunas personas con cordoma no se han identificado cambios en el gen T, por lo que se desconoce el motivo de la enfermedad en estos individuos.

Cuando el desarrollo de un cordoma está asociado con una duplicación del gen T heredada de un progenitor, una copia del gen alterado en cada célula es suficiente para aumentar el riesgo de la enfermedad, lo que implica un patrón de herencia autosómico dominante. Las personas con esta duplicación heredan un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, no la enfermedad en sí. Otros casos de cordoma son esporádicos, lo que significa que se producen en personas sin antecedentes de la enfermedad en su familia.

Pruebas realizadas en IVAMI: en IVAMI realizamos la detección de mutaciones asociadas  con cordoma, mediante la amplificación completa por PCR de los exones del gen T, y su posterior secuenciación.

Muestras recomendadas: sangre extraída con EDTA para separación de leucocitos sanguíneos, o tarjeta impregnada con muestra de sangre desecada (IVAMI puede enviar por correo la tarjeta para depositar la muestra de sangre).