Parvovirus canino (Canine Parvovirus -CPV-) (ssDNA, Parvoviridae, Parvovirinae, Parvovirus): Diagnóstico molecular (PCR).

 

Parvovirus canino (CPV), causa la parvoviriosis canina, es un virus del género Parvovirus, de la familia Parvoviridae. La parvovirosis canina es una de las enfermedades no zoonóticas contagiosas más frecuentes en los perros, constituyendo en algunos países la enfermedad canina más común. Esta enfermedad afecta el tracto digestivo de los perros y puede afectar el músculo cardíaco en cachorros muy jóvenes. Además de los perros, otros cánidos como el lobo, el zorro o el coyote, también son susceptibles al parvovirus.

Los parvovirus poseen un genoma de aproximadamente 5.000 nucleótidos con ADN de cadena simple por lo que se incluyen en el Grupo II de la Clasificación de Baltimore. Estos virus están constituidos de una cápside de simetría icosaédrica y carente de envoltura viral. Los parvovirus tienen un tamaño de 18 a 26 nm de diámetro.

La transmisión del parvovirus canino se produce principalmente por vía fecal-oral a través de la ingestión de bebidas y alimentos contaminados por heces procedentes de individuos infectados, así como por vía intrauterina. El parvovirus canino también puede encontrarse en superficies y objetos que han estado en contacto con heces infectadas. Además, otros animales como insectos y roedores, pueden servir como vectores de transmisión del parvovirus canino. Dado que el virus es muy resistente a condiciones ambientales adversas, puede permanecer latente en el ambiente incluso por más de cinco meses. Una vez en el organismo del canino tras la ingestión, el virus se replica en el tejido linfoide en la garganta, y posteriormente se extiende a la circulación sanguínea. A partir de ahí, el virus ataca las células que se dividen rápidamente, en particular las células en los ganglios linfáticos, las criptas intestinales y la médula ósea. Debido a ello, se produce un agotamiento de linfocitos en los ganglios linfáticos y la necrosis y la destrucción de las criptas intestinales. Pasados de 3 a 12 días, el animal infectado con parvovirus elimina grandes cantidades de este virus en sus heces, contaminando con ellas el ambiente.

La infección por parvovirus canino puede variar en intensidad en función del individuo afectado. Los perros adultos suelen ser más resistentes a la enfermedad y es frecuente que no presenten síntomas aparentes. En cambio, los cachorros menores de seis meses son altamente susceptibles al parvovirus y es frecuente que la infección pueda ser fatal si se contagian. Además, algunas razas caninas son más susceptibles al parvovirus. Por ejemplo, el Dobermann, el Rottweiller y el Labrador suelen ser más susceptibles.

La infección por parvovirus tiene un periodo de incubación de aproximadamente 5 días. Los síntomas del parvovirus canino pueden incluir fiebre, letargo, pérdida de apetito, vómitos, diarrea, deshidratación y diarrea, generalmente sanguinolenta. Debido a la fuerte deshidratación del perro o cachorro, la muerte suele ocurrir entre las 48 y las 72 horas desde que ocurren los primeros síntomas. La tasa de mortalidad asociada a la forma leve de la enfermedad es de aproximadamente un 10%. En infecciones graves, el parvovirus produce una disminución de los glóbulos blancos, lo que puede dar lugar a infecciones secundarias. Además, los cachorros menores de tres meses pueden sufrir inflamación cardíaca. En estos casos, los animales infectados pueden o no presentar diarrea y el cachorro puede morir en pocos días. Aún si sobrevive por más tiempo, se produce un daño cardíaco grave que puede ser fatal.