Leucemia felina, Virus de la ..., - Diagnóstico molecular (RT-PCR).
 
Información 02-01-2012

       El virus de la Leucemia felina (FeLV) es un Oncornavirus tipo C, perteneciente a la familia Gammaretroviridae. Hay tres principales subgrupos de FeLV de importancia clínica. El subgrupo A se encuentran en todos los gatos infectados de forma natural, FeLV-A, es la forma original del virus y es de eficaz transmisión entre los gatos. El subtipo FeLV-A tiende a ser menos patógeno que los virus de los otros subgrupos, pero algunas cepas de FeLV-A causan inmunosupresión severa.

     Casi todos los gatos infectados naturalmente son inicialmente infectados por FeLV-A. FeLV-B se encuentra en ~ 50% de los gatos infectados naturalmente, junto con FeLV-A. La presencia FeLV-A y FeLV-B esta más asociado con enfermedades neoplásicas que solo FeLV-A. El virus FeLV-C es aislado en el  1% de los gatos infectados naturalmente, junto con FeLV-A  y a veces acompañado de la coinfección de FeLV-A y FeLV-B.  La presencia de FeLV-C en un gato infectado se asocia fuertemente con el desarrollo de hipoplasia eritroide y en consecuencia anemia grave.

      Los virus de los 3 subgrupos se detectan (pero no se puede distinguir) por el uso común de los kits de diagnóstico de FeLV. La incidencia de la infección por FeLV está directamente relacionada con la densidad de población de los gatos. Las tasas de infección son más altas en criaderos y hogares de acogida de estos animales, especialmente cuando los gatos tienen acceso al aire libre. Los gatos portadores sanos son el principal reservorio de este virus. Los portadores excretan grandes cantidades de virus en la saliva, y cantidades menores por las lágrimas, la orina y las heces.

      El contacto oronasal con la saliva infectada o la orina es la modalidad más común de transmisión. El contacto nariz con nariz, el aseo recíproco, así como compartir las bandejas sanitarias y platos facilitan la transmisión. Las heridas por mordedura de gatos infectados son un modo eficaz de transmisión, infrecuente en gatos hogareños. Las mordeduras pueden ser un modo importante de transmisión en los gatos que viven libres. Los gatos adultos son más resistentes a la infección, los gatos jóvenes son mucho más susceptibles. El virus puede transmitirse verticalmente por vía transuterina o por la leche, u horizontalmente por las secreciones y excreciones.

      Después de la inoculación oronasal, el virus se replica en el tejido linfoide orofaríngeo. A partir de ahí, el virus es transportado por las células mononucleares al bazo, los ganglios linfáticos, las células epiteliales intestinales y vesicales, las glándulas salivares y la médula ósea. El virus más tarde aparece en las secreciones y excreciones de estos tejidos y en los leucocitos de sangre periférica y las plaquetas. La viremia es generalmente evidente 2 a 4 semanas después de la infección.

      La fase aguda de la infección por este virus (2 a 6 semanas) puede pasar desapercibida. Se caracteriza por fiebre leve, malestar, linfadenopatía y citopenias en sangre.  En ~ 70% de los gatos adultos, la viremia y la diseminación del virus es transitoria, dura de 1 a 16 semanas. Pocos gatos continúan diseminando el virus (semanas o meses) en las secreciones después de la viremia. El virus puede persistir en la médula ósea por un período más largo, pero por lo general desaparece a los 6 meses.

     Algunos gatos expuestos al FeLV (~ 30%) no tienen una respuesta inmune adecuada y pasan a tener viremia persistente. La persistencia viremica en los gatos desarrolla enfermedades mortales después de un período de tiempo que es variable.

    Los trastornos relacionados con FeLV son numerosos e incluyen la inmunosupresión, neoplasia, anemia, enfermedades inmunes mediadas, problemas reproductivos, y la enteritis.

     La inmunosupresión causada por FeLV es similar a la causada por el virus de la inmunodeficiencia felina. Existe una mayor susceptibilidad a infecciones por hongos, protozoos bacterias y otros virus. El número de neutrófilos y linfocitos en la sangre periférica de los gatos afectados pueden ser reducidos, y las células que están presentes pueden ser disfuncionales. Gran parte de la inmunodeficiencia causada por FeLV se cree que es debido al alto grado de antigenemia viral.

      Los tumores linfoides o mieloides (por ejemplo, el linfoma, la leucemia linfoide, mielosis eritrémica) se desarrollan en hasta un 30% de los gatos persistentemente infectados con FeLV. Sin embargo, la persistencia de antígeno de FeLV aumenta el riesgo de linfoma en hasta 60 veces en comparación con un gato negativo a FeLV. El linfoma es el cáncer más frecuente diagnosticado en gatos. Las formas renales y gastrointestinales de linfoma es más probable que se encuentre en gatos FeLV negativo.

      La anemia causada por FeLV es por lo general no regenerativa y normocrómica. Hay con frecuencia una macrocitosis idiosincrásica.

     Los complejos inmunes formados en presencia de exceso de antígeno moderado puede causar vasculitis sistémica, poliartritis glomerulonefritis, y una variedad de otros trastornos del sistema inmune.

    Los problemas reproductivos son comunes; 68-73% de las gatas infértiles se ha informado que son FeLV-positivos, y el 60% de las gatas que abortan son FeLV-positivos. La muerte fetal, reabsorción, y la involución placentaria puede ocurrir en el segundo trimestre de embarazo, presumiblemente como resultado de la infección intrauterina de los fetos por el virus transportado a través de la placenta materna en los leucocitos.

      La enteritis, se puede desarrollar asemejándose a la panleucopenia felina tanto clínica como histopatológicamente. Los signos clínicos incluyen anorexia, depresión, vómitos y diarrea (que puede ser sanguinolenta). Debido a la inmunosupresión concurrentes asociadas con la infección por FeLV, la septicemia puede desarrollarse.

     El diagnóstico se puede realizar mediante el ensayo de inmunofluorescencia (IF) que detecta  la presencia de antígenos de FeLV estructurales (por ejemplo, p27 ó  antígenos del núcleo) en el citoplasma de las células sospechosas de estar infectadas por FeLV.  El frotis de sangre periférica se utiliza generalmente para la IF, pero las preparaciones citológicas de la médula ósea u otros tejidos también se pueden utilizar. Los gatos con IF positivos se consideran persistentemente virémicos y tienen un mal pronóstico a largo plazo.

      La técnica de  ELISA se puede realizar en las clínicas veterinarias y detectan la presencia de FeLV p27 soluble. La prueba de ELISA detecta antigenemia en lugar de viremia. Existen varios tipos de equipos de prueba disponibles y la mayoría tienen una sensibilidad y especificidad de 98%. La precisión se puede mejorar mediante la ejecución tanto de la IFA y ELISA en el mismo gato.

    También se puede realizar el diagnóstico mediante técnicas de biología molecular en muestras de sangre total o de médula ósea para detectar el genoma viral por PCR (reacción en cadena de la polimerasa), y es muy útil para diagnosticar los casos de falsos negativos por ELISA o IF que tengan síntomas compatibles con enfermedad por FeLV.

     En IVAMI realizamos su diagnóstico de laboratorio detectando el genoma ARN de este virus mediante una transcripción seguida de amplificación (RT-PCR).

Muestra recomendada: sangre total con EDTA (2 a 5mL); médula ósea (1 mL).