Enterobius vermicularis - Examen microscópico y diagnóstico molecular (PCR)

 

Información 01-06-18.

Enterobius vermicularis es un nematodo parásito humano conocido popularmente como oxiuro, siendo uno de los parásitos más frecuentes en nuestro medio. Causa la enfermedad intestinal conocida como oxiuriasis o enterobiasis. Los humanos son el único hospedador y sus estudios moleculares son limitados.

Enterobius vermicularis es un helminto pequeño, cuyo macho mide de 2 a 5 mm y la hembra de 8 a 13 mm, con forma de huso y color blanquecino, que parasitan el ciego y el intestino delgado. De acuerdo a los sistemas modernos taxonómicos basados en el análisis del ADN ribosomal y, a pesar de que no existe consenso general entre los investigadores acerca de la taxonomía de los nematodos, actualmente pertenece a la clase Secernentea, orden Rhabditida, familia Oxyuridae, subfamilia Enterobiinae junto a otros oxiuros propios de primates. Como todos los Rhabditida (= Oxiurida), E. vermicularis es una especie que tiene un patrón de organización de su capa muscular de tipo “meromiaria”, con pocas células musculares muy aplanadas.

La enterobiasis se produce en individuos de todas las edades, pero es más prevalente en niños pudiendo afectar negativamente en su comportamiento, rendimiento escolar e inclusive a su estatus nutricional. La distribución es cosmopolita siendo más prevalente en las regiones con climas templados.

La patología de la enterobiosis depende principalmente de la migración, ya sea normal o errática, de los adultos a diversas regiones anatómicas, y de la oviposición en la región perineal/perianal, teniendo las manifestaciones clínicas una relación directa con la carga parasitaria. Generalmente, ésta entero-helmintiasis es asintomática, y en aquellos casos con manifestaciones clínicas, el síntoma más frecuente es el prurito anal, con el subsecuente rascado, causando, especialmente en los niños, excoriaciones perianales y en los casos más graves, hemorragias, dermatitis y/o infecciones bacterianas secundarias. Aunque no se sabe con certeza, se cree que el prurito anal no se produce únicamente por la acción mecánica del verme, sino que también por una reacción de hipersensibilidad local inducida por sus secreciones uterinas. En este mismo sentido, algunos autores piensan que el prurito anal, es más intenso en horas nocturnas, debido a que la hembra migra de noche desde el ciego a los márgenes del ano donde deposita los huevos, estimulada por el calor; sin embargo, no existe hasta el presente una explicación certera al respecto.

Las infecciones por E. vermicularis también han sido asociadas con un incremento de infecciones bacterianas y fúngicas del tracto urinario y genital, especialmente en niñas. La causa de estas infecciones es la migración de las hembras grávidas hacia la vulva, vagina, uretra y vejiga, donde además del prurito vulvar, produce inflamación de la vagina con leucorrea. Se han descrito complicaciones más serias, aunque poco frecuentes; en este sentido, cuando las hembras grávidas migran erráticamente por la vulva, ascienden por la vagina, incluyendo las glándulas de Bartholin, el útero, trompas de Falopio y ovarios pudiendo provocar abscesos o granulomas peritoneales con salpingitis, adherencias pélvicas, endometriosis e infertilidad e inclusive invadir los embriones humanos y ocasionar peritonitis en las mujeres gestantes. En los varones puede llegar a afectar la próstata y el epidídimo. Otros síntomas que se le atribuyen son molestias digestivas, dolores abdominales, cólicos, colitis eosinofílica, vómitos, diarrea, y pérdida de peso; además, pueden ocasionar alteraciones del comportamiento, como bruxismo o chasquido de dientes, enuresis nocturna, insomnio, irritabilidad, hiporexia, sialorrea, náuseas. Sin embargo, la demostración causa-efecto de algunas de estas manifestaciones es aún incierta, necesitándose por lo tanto estudios más detallados y controlados.

La invasión del apéndice cecal merece especial interés, ya que existen controversias acerca de si E. vermicularis puede ser causante o coadyuvante en casos de apendicitis, bien sea por acción mecánica o por transporte de bacterias y/u hongos entéricos, así como también de obstrucción intestinal e inclusive perforación del intestino grueso con la subsecuente peritonitis bacteriana generalizada y posterior deceso por shock séptico; sin embargo, la presencia de este parásito en casos de apendicitis es relativamente baja.

E. vermicularis se diferencia de otros helmintos humanos (por ejemplo; A. lumbricoides), que necesitan un periodo relativamente prolongado de maduración externa. Al no requerir maduración externa llegan a ser muy contagiosos, de fácil transmisión, a través del contacto “persona-persona”, ya que sus huevos tardan 4 a 6 horas en eclosionar y desarrollar larvas infectivas del tercer estadio después de la oviposición en la región perineal/ perianal, donde encuentra las condiciones de temperatura y humedad adecuadas que le brinda el mucus rectal y el ano. Se adhieren a la piel ayudados por los polisacáridos de su cubierta. La hembra en la región perianal secreta igualmente una sustancia que causa prurito, lo que conlleva al individuo al rascado, transfiriéndose de este modo a las manos y uñas, lo que posibilita una trasmisión directa persona-persona, siendo esta ruta fecal-oral la forma más habitual por la que nos infectamos. Un segundo mecanismo de infección correspondería a la “diseminación por aerosol”, mediante la cual los huevos, que son muy livianos, pulularían en el ambiente del entorno humano, particularmente en viviendas, y ayudados por las corrientes de aire lograrían contaminar las superficies y alimentos. Este mecanismo es altamente evolucionado, y es único para E. vermicularis dentro de los oxiúridos, pues la hembra una vez que sale del ano, se deshidrata, estallando y diseminando sus huevos al aire. El tercer mecanismo de infección correspondería a un proceso denominado “retroinfección” al tener los huevos la capacidad de eclosionar tras ser ovipuestos en la región perianal/perineal, lo que les permite a las larvas recién nacidas poder penetrar directamente dentro del hospedador humano a través del ano. Y por último, la cuarta forma de infección, ocurriría cuando los huevos podrían depositarse en la mucosa nasal, ser inhalados o ser ingeridos. Cuando el huevo embrionado logra alcanzar el tracto gastrointestinal, alcanza el estómago y luego al duodeno, se le ablandan las capas que lo recubren, eclosionando la larva; ésta última migra por el intestino delgado, donde va realizando sus mudas, para finalmente llegar como adultos al ciego, donde ambos sexos copulan. Estos cuatro modos diferentes para la diseminación de sus huevos, explicaría su amplia y ubicua distribución mundial, y su dificultad para controlarlo o eliminarlo.

Estudios epidemiológicos de diferentes países europeos revelan que la prevalencia de enterobiasis mostró una tendencia a la baja al final del siglo XX, aunque se ha mantenido relativamente frecuente en los niños. Dependiendo del país, la tasa de infecciones de E. vermicularis varía. La variabilidad genética de este parásito y su epidemiología no se han investigado con profundidad. Los datos completos de la secuencia de ADN solo están disponibles para el genoma mitocondrial de E. vermicularis. El análisis de las secuencias del gen mitocondrial cox1 en aislados de oxiuros de humanos y de chimpancés cautivos ha demostrado la presencia de tres tipos de genes, designados como tipo A, B y C. El tipo B, es el único tipo genético de este parásito que hasta ahora ha sido identificado en Europa.

Pruebas recomendadas para el diagnóstico:

En el diagnóstico parasitológico de la enterobiosis humana se pueden emplear varios métodos para detectar los adultos, sus huevos o sus larvas. Los huevos se puede recuperar y detectar en la región perianal/perineal o vulvar, y en menor medida en el material subungueal, exudado nasal así como en la orina y secreciones vaginales, en los casos de migración a estos lugares. Debido a que la hembra de E. vermicularis posee un ritmo circadiano por el que debe salir por el ano para depositar sus huevos en la región perianal/perineal, los métodos parasitológicos coproscópicos convencionales utilizados para otras helmintiasis intestinales, no son apropiados para esta infección, encontrándose con ellos una tasa de positividad que no sobrepasa el 5% en la detección de la oxiuriasis. El método de Graham (técnica del celofán perianal) es el método específico para la detección de la parasitación, observando los huevos translúcidos del nematodo adheridos a una cinta transparente aplicada en los márgenes anales.

Existen casos muy particulares donde se requiere aplicar técnicas moleculares para hacer un diagnóstico preciso de la enterobiosis, para conocer con exactitud la realidad clínico-epidemiológica de la situación, con una elevada sensibilidad y especificidad. Estos métodos utilizan genes mitocondriales y ribosomales, para la detección del material genético directamente de la cinta adhesiva aplicada en la zona de muestreo. Estos métodos también se han aplicado para casos particulares como el de humanos adultos, especialmente en hombres homosexuales, así como también en niños/as donde los oxiuros pueden estar asociados con una colitis eosinofílica de etiología desconocida, pudiendo presentar los pacientes dolor abdominal, colitis hemorrágica e inflamación eosinofìlica del íleon y el colon. En muchos de estos casos, se han detectado numerosas larvas de oxiuros, las cuales son difíciles de identificar, ya que pueden confundirse con las larvas de Strongyloides stercoralis. Aunque las larvas de los oxiuros y las de Strongyloides stercoralis se pueden diferenciar morfométricamente, no obstante, muchas veces es necesario aplicar técnicas moleculares (PCR) para confirmar los hallazgos. Estas técnicas moleculares permiten la detección molecular de Enterobius vermicularis mediante cebadores (primers) dirigidos al gen mitocondrial cox1.

Pruebas realizadas en IVAMI:

  • Examen microscópico.
  • Detección e identificación molecular de la especie Enterobius vermicularis mediante amplificación del gen mitocondrial del citocromo oxidasa 1 (Cox1).

Muestra recomendada:

  • Muestra perianal tomada mediante adhesión de cinta adhesiva transparente, colocada después en un portaobjetos de vidrio.

Conservación y envío de la muestra:

  • Refrigerada (preferido) durante menos de 2 días.

  • Congelada: más de 2 días.

Plazo de entrega de resultados:

  • Examen microscópico: menos de 24 horas.
  • Detección molecular del ADN de Enterobius vermicularis: 24 a 48 horas

Coste de la prueba: